MONEDA EXTRANJERA

Portugal había pasado a ser gobernado por la Casa de Austria en 1580, en concreto por el rey Felipe II de España (I de Portugal), manteniendo su independencia, leyes y monedas propias, pero siempre hubo una cierta resistencia a esta unión personal, siendo los duques de Braganza considerados como una alternativa de poder desde el primer momento, dado su prestigio y entronque con los Avis. En diciembre de 1640 estalló una revuelta contra los Austrias, se declaró la independencia y se proclamó rey al duque de Braganza con el nombre de Juan IV (1640-1656), dando inicio a la llamada Guerra de Restauración, que no concluyó hasta 1668, cuando el gobierno de Madrid aceptó formalmente la independencia de Portugal por el Tratado de Lisboa. Esta pieza de 4 cruzados fue la de mayor valor acuñada por el nuevo rey. Su primera emisión es de 1642, cuando el nuevo gobierno intentaba mantener el control del territorio peninsular y a la vez conseguir mantener el de sus colonias. Así en junio de 1641 Portugal firmaba una tregua con las Provincias Unidas, en especial por la compleja situación de Brasil; en esa misma fecha se concertó una alianza con Francia, mientras con Inglaterra se firmó en enero de 1642. Vemos, por tanto, que estamos en los momentos decisivos de la Restauración, con la búsqueda de aliados en la guerra peninsular contra España y al mismo tiempo se intentaba retomar el control del imperio ultramarino, donde numerosas potencias extranjeras querían hacerse con el control de importantes enclaves del mismo, incluso después de reconocer al nuevo gobierno Braganza, que necesitaba consolidarse en la península y las colonias.