REYES CATÓLICOS

Las primeras monedas castellanas de los Reyes Católicos se hicieron a raíz de la Carta de labrar moneda, fechada en Córdoba el 23 de mayo de 1475, siguiendo en sus tipos y leyendas lo acordado en la Concordia de Segovia de 15 de enero de 1475. Se reconoce la preeminencia y total control del gobierno por parte de la Reina Isabel, y se reglamentaba el uso de la heráldica (las armas de Castilla precederán siempre a las de Aragón y Sicilia) y la titulación (el nombre del rey irá delante del de la reina, pero la titulación será alterna, comenzando siempre por los títulos castellanos). En el oro se acuñará el Excelente entero (doble castellano) y sus divisores, el castellano y medio castellano, y como muestra de todo lo dicho sus tipos son los bustos afrontados de los Reyes y en el reverso de los divisores SOLO aparecerán las armas de Castilla-León. La leyenda de anverso muestra los nombres de los reyes y la de reverso lleva la famosa frase evangélica (San Mateo, 19,6): "QUOS DEUS CONIUNXIT HOMO NON SEPARET", con una doble significación para los reyes, personal y política, que muestra la unión de sus personas y estados, aunque conservando su gobierno separado.