REINOS DE CASTILLA Y LEÓN

Esta emblemática pieza marca sin duda un punto de inflexión en la historia monetaria de Castilla por muchas razones. Será la primera moneda de oro que se acuñe de forma regular en Castilla, sustituyendo en las transacciones comerciales al antiguo dinar almorávide, cuyas últimas emisiones hizo el rey Lobo de Murcia. Su calidad y abundancia la hicieron pieza de referencia en todos los reinos peninsulares, apareciendo en la documentación con diferentes nombres (alfonsís, bonos alfonsís de auro et pondere, moravedis bonos alfonsís d`oro et de peso, maravedís de bono auro et de peso et de cruz, etc…). Pero si su importancia económica fue grande más lo fue si propaganda, ya que manteniendo las leyendas en árabe introdujo mensajes políticos y religiosos propios, utilizando las instituciones y títulos de sus enemigos musulmanes, si en las originales el título del gobernante era príncipe de los musulmanes el rey castellano usa el de príncipe de los católicos, si en la primera se hace referencia al Imam (califa) de Bagdad el rey Alfonso explicita que su líder religioso es el Papa, es decir el Imam de la Iglesia del Mesias, si en la leyenda marginal se dice que el Islam es la única religión verdadera, Alfonso toma del Evangelio de San Marcos la frase que dice que sólo los bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Dios único, se salvarán, etc. Además para datar la moneda utilizará la Era de Safar, que era como los musulmanes llamaban a la Era Hispánica, utilizada en la documentación oficial castellana. Por último esta moneda escrita en árabe podrá llevar dos añadidos, uno es la Cruz, que lo identifica sin ninguna duda, y por eso se le llama así en la documentación, y el otro es el nombre real con caracteres latinos, ALF, que aparece en el segundo modelo a partir de 1184 (Era de Safar 1222).