FELIPE IV. Real. 1652/1. Zaragoza. AC-no cita ningún real de Zaragoza de este reinado. ¿Inédita? BC+/MBC-. Rarísima. Es el único ejemplar que conocemos. sin marcas de ensaye, aunque era ensayador mayor de esta ceca en estos años Sebastián González de Castro. El reino de Aragón acuñó muy poca plata durante la época de los Austrias, aunque sí hizo algunas emisiones de forma excepcional, como las de 1651-1652. Estas acuñaciones estaban relacionadas con el fraude de la moneda de Potosí. El 27 de enero de 1651 la Junta de la Moneda de Zaragoza emitió un informe sobre el problema y aconsejó prohibir la circulación de moneda peruana, obligando a los particulares a declarar su posesión en el plazo de un mes, cambiándola por moneda de buena ley aceptando las pérdidas por su falta de plata, y que con estas piezas peruleras fundidas se acuñaran hasta diez mil escudos en diversas denominaciones, incluyendo reales sencillos y de a dos. Tras múltiples problemas que mostraron las diferencias entre la Diputación del Reino y el gobierno municipal por la puesta en marca de la ceca, comenzó la labra de plata fundida perulera con tipos aragoneses en dineros (menudos), medios reales (sueldos), reales y sus múltiplos. En 1653 Felipe III emitió una provisión dirigida a los jurados de Zaragoza donde les decía: “Haviendo entendido que se ha concluido la fundición de la moneda del Perú, que con licencia mia labrasteis en esa ciudad, ha parecido que pues ha cesado la causa porque os la mandé dar, y se han cumplido todo los términos que se concedieron para la fundición, no se pase adelante en ella, pues cuando haya necesidad de nueva fábrica daré las órdenes que convengan a mi Maestro mayor de la Casa de la Seca en ese Reyno, a quien pertenece ese cuidado”. Por todo ello, poco después se cerró el edificio dedicado a Casa de la Moneda, que era contiguo a las casas de la ciudad y a la Lonja, decidiéndose su derribo. Dado que la plata para hacer estas acuñaciones provenía en la fundición de las piezas peruleras la mayor parte de las mismas se hizo en 1651, siendo muy escasas las de 1652, y en concreto esta pieza de real no se conocía con esta fecha, lo que la hace inédita.

FELIPE IV. Real. 1652/1. Zaragoza. AC-no cita ningún real de Zaragoza de este reinado. ¿Inédita? BC+/MBC-. Rarísima. Es el único ejemplar que conocemos. sin marcas de ensaye, aunque era ensayador mayor de esta ceca en estos años Sebastián González de Castro.
El reino de Aragón acuñó muy poca plata durante la época de los Austrias, aunque sí hizo algunas emisiones de forma excepcional, como las de 1651-1652. Estas acuñaciones estaban relacionadas con el fraude de la moneda de Potosí. El 27 de enero de 1651 la Junta de la Moneda de Zaragoza emitió un informe sobre el problema y aconsejó prohibir la circulación de moneda peruana, obligando a los particulares a declarar su posesión en el plazo de un mes, cambiándola por moneda de buena ley aceptando las pérdidas por su falta de plata, y que con estas piezas peruleras fundidas se acuñaran hasta diez mil escudos en diversas denominaciones, incluyendo reales sencillos y de a dos. Tras múltiples problemas que mostraron las diferencias entre la Diputación del Reino y el gobierno municipal por la puesta en marca de la ceca, comenzó la labra de plata fundida perulera con tipos aragoneses en dineros (menudos), medios reales (sueldos), reales y sus múltiplos. En 1653 Felipe III emitió una provisión dirigida a los jurados de Zaragoza donde les decía: “Haviendo entendido que se ha concluido la fundición de la moneda del Perú, que con licencia mia labrasteis en esa ciudad, ha parecido que pues ha cesado la causa porque os la mandé dar, y se han cumplido todo los términos que se concedieron para la fundición, no se pase adelante en ella, pues cuando haya necesidad de nueva fábrica daré las órdenes que convengan a mi Maestro mayor de la Casa de la Seca en ese Reyno, a quien pertenece ese cuidado”. Por todo ello, poco después se cerró el edificio dedicado a Casa de la Moneda, que era contiguo a las casas de la ciudad y a la Lonja, decidiéndose su derribo. Dado que la plata para hacer estas acuñaciones provenía en la fundición de las piezas peruleras la mayor parte de las mismas se hizo en 1651, siendo muy escasas las de 1652, y en concreto esta pieza de real no se conocía con esta fecha, lo que la hace inédita.