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El emperador Daoguang (16 de septiembre de 1782 – 26 de febrero de 1850), también conocido por su nombre de templo, emperador Xuanzong de Qing, fue el octavo gobernante de la dinastía Qing y el sexto emperador Qing que gobernó China propiamente dicha. Su reinado se caracterizó por conflictos externos y revueltas internas, especialmente la Primera Guerra del Opio y las primeras fases de la Rebelión Taiping, que supusieron una importante amenaza para la estabilidad de la dinastía.

Primeros años

El emperador Daoguang nació en la Ciudad Prohibida de Pekín en 1782, con el nombre de Mianning. Al ascender al trono, su nombre se cambió por el de Minning, ya que su abuelo, el emperador Qianlong, quiso evitar el uso del relativamente común «Mian», de acuerdo con la tradición de los tabúes sobre los nombres.

Mianning era el segundo hijo del príncipe Yongyan, elegido heredero del emperador Qianlong. A pesar de ser un hijo menor, era el primero en la línea sucesoria debido al sistema dishu, ya que su madre, Dama Hitara, era la esposa principal de Yongyan, mientras que su hermano mayor era hijo de una concubina. En 1796, Qianlong abdicó en favor del padre de Mianning, que se convirtió en el emperador Jiaqing. Tras su ascensión, Jiaqing elevó a Dama Hitara a emperatriz consorte. El Emperador Qianlong, ya retirado, vivió tres años más antes de fallecer en 1799 a la edad de 87 años, cuando Mianning tenía 17.

En 1813, siendo aún príncipe, Mianning desempeñó un papel crucial en la defensa de la Ciudad Prohibida contra un ataque de los rebeldes de los Ocho Trigramas, entrando personalmente en combate para repeler a los invasores.

Reinado

El Emperador Daoguang ascendió al trono en septiembre de 1820 a la edad de 38 años, tras la repentina muerte de su padre. Como hijo legítimo mayor, fue el primer gobernante Qing en heredar el trono por sucesión directa de esta manera. Sin embargo, heredó un imperio en declive, que se enfrentaba a una creciente invasión occidental y a la inestabilidad interna. El nombre que eligió para la época, Daoguang, que significa «camino radiante», reflejaba sus aspiraciones de reforma y estabilidad. 

Una de las primeras crisis de su gobierno fueron las revueltas de los afaqi khoja en Xinjiang. En 1826, el heredero exiliado de los Khoja, Jahangir Khoja, lanzó una invasión desde Kokand, capturando rápidamente ciudades clave como Kashgar, Yarkand, Khotan y Yangihissar. Sin embargo, en 1827, una traición provocó la captura de Khoja, que fue trasladado a Pekín. Las fuerzas Qing no tardaron en recuperar los territorios perdidos y, en 1828, los manchúes ejecutaron a Khoja por lingchi (muerte por mil cortes) como castigo por su rebelión.

Al mismo tiempo, China se enfrentaba a una crisis creciente con el comercio de opio, alimentado en gran medida por los comerciantes británicos. Mientras que las importaciones de opio habían comenzado en pequeñas cantidades durante el reinado del emperador Yongzheng, en la era Daoguang se habían disparado a más de 30.000 cofres anuales, causando una adicción generalizada y perjuicios económicos. En respuesta, el emperador promulgó una serie de edictos prohibiendo el opio a lo largo de las décadas de 1820 y 1830, y nombró a Lin Zexu Comisionado Imperial para hacer cumplir la prohibición en Cantón. Las agresivas medidas antiopio de Lin, que incluían la destrucción de vastos suministros de opio, provocaron directamente a Gran Bretaña y condujeron al estallido de la Primera Guerra del Opio.

A pesar de la resistencia inicial, las fuerzas Qing sufrieron repetidas derrotas, revelando la inferioridad militar y tecnológica de China. Frustrado por las derrotas, el emperador Daoguang convirtió a Lin Zexu en chivo expiatorio, despojándolo de su título y exiliándolo a Yili. En represalia por la derrota china en la batalla de Ningpo, el emperador también ordenó la ejecución de 187 prisioneros de guerra británicos e indios en la prefectura de Taiwán. La guerra terminó en 1842 con el Tratado de Nanjing, que obligó a China a ceder Hong Kong a los británicos y a pagar una enorme indemnización, dejando al imperio debilitado financieramente.

Las tensiones religiosas también marcaron la era Daoguang. En 1811, antes de su reinado, el gobierno Qing había introducido una cláusula legal que ordenaba la pena de muerte para los europeos que difundieran el catolicismo, categorizándolo junto a la brujería. Los misioneros protestantes esperaban que la ley no se les aplicara, pero cuando se distribuyeron libros cristianos en Guangzhou en 1835 y 1836, el emperador inició una investigación sobre los «nativos traidores» que habían colaborado en su difusión. Su reinado fue testigo de la continuación de estrictas políticas anticristianas, reflejo del recelo generalizado de la corte Qing hacia la influencia extranjera.

Muerte y legado

El emperador Daoguang falleció el 26 de febrero de 1850 en el Antiguo Palacio de Verano, situado a unos 8 km al noroeste de Pekín. Su hijo mayor superviviente, Yizhu, le sucedió y ascendió al trono como Emperador Xianfeng.

A lo largo de su reinado, el emperador Daoguang luchó por comprender las intenciones y la determinación de los europeos, así como las realidades económicas del comercio del opio. A pesar de que los británicos les superaban ampliamente en número y operaban a miles de kilómetros de su país de origen, su superior potencia de fuego les permitía dominar cualquier enfrentamiento a lo largo de la costa china. El desconocimiento del emperador de Gran Bretaña y de los avances industriales de Europa Occidental dificultó aún más su capacidad para responder eficazmente a las presiones extranjeras. Permaneció en gran medida aislado de los acontecimientos mundiales, e incluso se llegó a decir que no sabía dónde se encontraba Gran Bretaña. Sus 30 años de reinado estuvieron marcados por crecientes tensiones económicas, disturbios sectarios y una escalada de intervenciones extranjeras, factores que contribuyeron al colapso final de la dinastía Qing en 1911.

Autora: Beatriz Camino Rodríguez.