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El Tratado de Viena puso fin a las hostilidades provocadas por la Tercera Guerra de Independencia italiana. Fue firmado el 3 de octubre de 1866 y ratificado el día 12 por el Reino de Italia y el Imperio Austriaco. El acuerdo supuso la transferencia de Venecia y Friul a Francia y obligó a Austria a reconocer la soberanía del Reino de Italia.

Antecedentes

Desde las revoluciones de 1848 los nacionalistas italianos habían intentado unificar los Estados Italianos en una sola nación. Sin embargo, en ese momento muchos de los estados del norte estaban bajo el control de la monarquía de los Habsburgo, que no tenía ningún interés en facilitar la unificación. Los piamonteses buscaron apoyo internacional, conscientes de que sus fuerzas militares no eran lo suficientemente fuertes para vencer a los austriacos. En consecuencia, el primer ministro Camillo Benso forjó una alianza con Francia en la que aceptó ceder a ésta las provincias de Saboya y Niza a cambio de apoyo militar.

En junio de 1866 estalló la guerra entre Austria y Prusia por Schleswig-Holstein y la hegemonía de la Confederación Alemana. Como consecuencia, Italia decidió apoyar a Prusia y declaró la guerra a Austria el 20 de junio. Italia pensó que la guerra austro-prusiana le permitiría flanquear a las fuerzas austriacas y apoderarse de Venecia, Friul, Trentino y Trieste. En un primer momento Austria derrotó a los italianos en la Batalla de Custoza y en la de Lissa. Sin embargo, Austria acabó teniendo que buscar un armisticio tras la derrota de sus ejércitos del norte en la Batalla de Sadowa y el rápido avance de los prusianos hacia Viena. El armisticio fue finalmente firmado por Austria e Italia el 12 de agosto en Cormons.

El Tratado de Viena

Después de que el armisticio pusiera fin a los combates, tanto Austria como Italia se pusieron a negociar los términos de un tratado de paz que se firmó el 3 de octubre de 1866 y recibió el nombre de Tratado de Viena. Durante las negociaciones Austria aceptó entregar la antigua República de Venecia y Mantua. Sin embargo, Italia deseaba obtener el Trentino hasta Salorno, pero los austriacos se negaron argumentando que el armisticio de Cormons establecía como frontera el antiguo Reino de Lombardía-Venecia y esto los excluía.
Además, el emperador Francisco José estaba dispuesto a ceder Venecia y Mantua a Francia a cambio de no intervenir en la guerra austro-prusiana. Sin embargo, Francia las cedió a Italia el 19 de octubre, como habían acordado previamente en un tratado secreto a cambio de la anexión de Saboya y Niza. Tal y como se recoge en el tratado de paz, Francia celebró un plebiscito sobre la anexión al Reino de Italia los días 21 y 22 de octubre, en el que la población mostró un apoyo abrumador a la anexión.

Finalmente, el Tratado de Viena obligó a Austria a reconocer la soberanía del Reino de Italia y a concederle la Corona de Hierro de Lombardía; la corona utilizada por los monarcas medievales de Lombardía.

Consecuencias del Tratado

El Tratado de Viena y el Tratado de Praga con Prusia fueron humillaciones nacionales para Austria y su gobierno incurrió en una enorme deuda estatal. Cuando el Imperio estaba a punto de derrumbarse, se vio obligado a firmar el Compromiso Austrohúngaro de 1867, que concedía autonomía a las regiones húngaras del Imperio. Como resultado, el Imperio pasó a llamarse Imperio Austrohúngaro. Además, el hecho de que también perdiera su influencia en Italia, reforzó la idea de que Austria era ahora una potencia de segunda categoría.
En cambio, el Tratado aportó a Italia más prestigio y la convirtió en una gran potencia europea. También fue un hito importante para la unificación de Italia, ya que supuso la anexión de Venecia y el Véneto al Estado italiano. Sin embargo, muchos nacionalistas italianos consideraron que no era suficiente territorio, ya que esperaban obtener también Trieste y Trentino. El deseo de reclamar estas regiones sería la principal razón de la entrada de Italia en la Primera Guerra Mundial contra el Imperio Austrohúngaro. Aunque Italia pudo adquirir Trentino y Trieste en el Acuerdo de Paz de París de 1919, no fue hasta la ocupación de la costa dálmata por parte de la Italia fascista cuando se cumplieron estas ambiciones.

Autora: Beatriz Camino Rodriguez