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El Grito de Lares, 23 de septiembre de 1868

El Grito de Lares fue el primero de dos breves levantamientos contra el dominio español en Puerto Rico. Organizado por el Comité Revolucionario de Puerto Rico, tuvo lugar el 23 de septiembre de 1868 en la ciudad de Lares.

Tensiones crecientes: El camino a la rebelión

En la década de 1860, España se vio envuelta en varios conflictos en Latinoamérica, incluyendo una guerra con Perú y Chile, al tiempo que se enfrentaba a revueltas de esclavos en Cuba. Durante esta época, tanto Puerto Rico como Cuba se enfrentaron a una grave crisis económica debido a los fuertes aranceles e impuestos que el gobierno central español imponía a las importaciones y exportaciones, ya que España necesitaba desesperadamente estos fondos para mantener a sus tropas estacionadas en la República Dominicana.

En el Puerto Rico de mediados del siglo XIX, muchos defensores de la independencia, así como los que pedían reformas liberales, fueron encarcelados o exiliados. Sin embargo, en 1865, Madrid intentó abordar el creciente malestar en sus territorios de ultramar estableciendo la Junta Informativa de Reformas de Ultramar, para escuchar las quejas de los representantes provinciales.

A pesar de los esfuerzos de los delegados puertorriqueños, la Junta, dominada por representantes españoles peninsulares, rechazó la mayoría de las propuestas, incluida la abolición de la esclavitud. Finalmente, en 1870, Emilio Castelar, ministro de Asuntos Exteriores, aprobó un proyecto de ley de abolición. Sin embargo, otras propuestas de mayor autonomía y límites al poder del gobernador general fueron rechazadas. Tras regresar a Puerto Rico, los delegados se reunieron con los líderes locales, donde Ramón Emeterio Betances, un destacado defensor de la independencia, hizo un llamamiento a una rebelión a gran escala y a una rápida proclamación de la independencia. Frustrado por la continua represión política y económica bajo el gobierno centralizado español, el movimiento independentista no tardó en organizar una rebelión armada.

El Grito de Lares

El levantamiento de Lares, conocido como el Grito de Lares, tuvo lugar el 23 de septiembre de 1868. El término «Grito» simbolizaba un grito de independencia, como se vio en otros movimientos latinoamericanos como el Grito de Ipiranga en Brasil , el Grito de Dolores en México y el Grito de Yara en Cuba. En Puerto Rico, el Comité Revolucionario fue formado por Betances y Ruiz Belvis el 6 de enero de 1868, mientras se encontraban exiliados en la República Dominicana.

Betances escribió varias proclamas llamando a la insurrección y condenando la explotación de los puertorriqueños por España. Uno de sus documentos clave, Los Diez Mandamientos de los Hombres Libres, se inspiró en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de la Revolución Francesa. Ese mismo año, la poetisa Lola Rodríguez de Tió escribió la letra patriótica de La Borinqueña, que más tarde se convertiría en el himno nacional de Puerto Rico. Mientras tanto, Eduvigis Beauchamp Sterling creó la Bandera Revolucionaria de Lares, en la que figuraba una cruz latina blanca dividiendo secciones rojas y azules, con una estrella blanca que representaba la libertad.

Las células secretas del Comité Revolucionario, organizadas por Mathias Brugman, Mariana Bracetti y Manuel Rojas, incluían a personas de diversas clases sociales, en su mayoría criollos (españoles nacidos en Puerto Rico). El 20 de septiembre, Francisco Ramírez Medina y otros líderes se reunieron para planificar el levantamiento, fijado inicialmente para el 29 de septiembre en Camuy. Sin embargo, las autoridades españolas interceptaron el plan y arrestaron a los líderes de la célula de Camuy. Mientras tanto, Betances había conseguido el apoyo del gobierno dominicano, que le proporcionó un barco y armas, pero el gobierno español impidió que el barco zarpara y confiscó su carga. Al ver frustrados sus planes, los líderes temieron ser detenidos y decidieron trasladar la rebelión a una fecha anterior sin consultar a Betances.

Decidieron lanzar la revolución en Lares el 23 de septiembre de 1868. Alrededor de 400-600 rebeldes se reunieron en la hacienda de Rojas, en las afueras de Lares. Dirigidos por éste y por Juan de Mata Terreforte, los rebeldes, mal equipados y sin entrenamiento, llegaron a la ciudad hacia medianoche, donde saquearon tiendas y oficinas gubernamentales y capturaron a las autoridades locales. Los rebeldes entraron en la iglesia del pueblo e izaron la bandera revolucionaria de Lares en el altar mayor. A las 2 de la madrugada proclamaron la República de Puerto Rico, con Ramírez Medina como presidente.

El 24 de septiembre, los rebeldes marcharon a San Sebastián del Pepino para tomar el control, pero se encontraron con una fuerte resistencia de la milicia puertorriqueña, que había enviado refuerzos desde varias ciudades. Al carecer de armas adecuadas, se vieron obligados a retirarse a Lares, y la rebelión fue rápidamente aplastada.

Aproximadamente 475 rebeldes, entre ellos figuras clave como el Dr. José Gualberto Padilla, Manuel Rojas y Mariana Bracetti, fueron encarcelados y condenados a muerte por traición y sedición. Sin embargo, para aliviar las tensiones en la isla, el nuevo gobernador, José Laureano Sanz, decretó una amnistía general a principios de 1869, liberando a todos los prisioneros. Muchos líderes, entre ellos Betances y Rojas, fueron exiliados.

Consecuencias

Aunque al final el Grito de Lares no logró su objetivo inmediato de independencia, el levantamiento presionó al gobierno español para que concediera a la isla más autonomía política, marcando el comienzo de un cambio hacia la reforma. En los años siguientes siguieron produciéndose pequeños levantamientos independentistas en todo Puerto Rico, reflejo del persistente deseo de libertad.

Los líderes de la revolución, aunque exiliados o encarcelados, siguieron dando forma al movimiento nacionalista de la isla. Juan de Mata Terreforte, exiliado en Nueva York, se convirtió en una figura clave del Comité Revolucionario Puertorriqueño, que más tarde adoptó la Bandera de Lares como símbolo de resistencia hasta que en 1892 se introdujo la bandera actual, calcada de la cubana.

Aunque no es una festividad oficial, hoy en día el levantamiento se conmemora anualmente en Lares, donde sirve como símbolo de resistencia y recordatorio de la continua lucha de la isla por su autodeterminación.

Autora: Beatriz Camino Rodríguez.