Marco Aurelio (26 de abril de 121 – 17 de marzo de 180) fue un emperador romano de 161 a 180. Se trata del último de los Cinco Buenos Emperadores y de la Pax Romana, una época de relativa estabilidad para el Imperio. También se le recuerda como uno de los filósofos más renombrados de la historia.
Vida temprana y acceso al poder
Marco Aurelio nació en el seno de una familia aristocrática de Roma el 26 de abril de 121. Su padre, Marco Antonio Vero (III), murió cuando Marco Aurelio tenía tres años. Posteriormente, fue adoptado por su tío, Antonino Pío, que más tarde se convertiría en emperador romano. Aurelio recibió una excelente educación, estudiando Filosofía, Retórica y Derecho. Durante este tiempo, se interesó por el estoicismo, que enfatizaba la importancia de vivir de acuerdo con la razón, la virtud y la naturaleza, y tuvo un profundo impacto en la visión del mundo de Aurelio.
Marco aprendió las formas de gobierno y los asuntos públicos gracias a Antonino y, en 140, se convirtió en cónsul. A lo largo de los años, fue adquiriendo más poder y responsabilidades, lo que le llevó a convertirse en una importante fuente de consejo para el emperador. Mientras tanto, se casó con Faustina, hija de Antonino, con la que tuvo muchos hijos. En 161, Antonino falleció y Marco Aurelio se convirtió en emperador del Imperio Romano, junto con su hermano adoptivo, Lucio Vero.
Su reinado
Durante su reinado, Marco Aurelio y Verus trabajaron juntos para abordar los retos a los que se enfrentaba el imperio. Dirigieron una exitosa campaña contra los partos, que se saldó con la toma de su capital, Ctesifonte, en 165. Sin embargo, la guerra cobró víctimas entre el ejército romano. Sin embargo, la guerra hizo mella en el ejército romano y un brote mortal de enfermedad se extendió por sus filas. Los soldados que regresaron la llevaron consigo a Roma y una parte de la población de la ciudad fue aniquilada. Una vez finalizada la guerra parta, los dos emperadores se enfrentaron a los ataques de las tribus germanas. Sin embargo, Verus murió en 169 y Marco Aurelio siguió adelante en solitario, intentando mantener alejados a los germanos.
En 175, el emperador se enfrentó a otro desafío que amenazaba su autoridad. Tras oír el rumor de que Marco Aurelio estaba enfermo de muerte, Avidio Casio reclamó para sí el título de emperador. Como resultado, Marco no tuvo más remedio que viajar a Oriente para recuperar el control. Sin embargo, ambos nunca llegaron a luchar, ya que Casio fue asesinado por sus propios soldados. En su lugar, Marco Aurelio recorrió las provincias orientales con el objetivo de restablecer su autoridad.
A pesar de todos estos problemas, Aurelio fue un gobernante justo y sabio, profundamente comprometido con el bienestar de su pueblo. Creía que el papel del emperador era servir al pueblo, y trabajó incansablemente para mejorar sus vidas. Uno de sus logros más significativos es la reforma del sistema legal, haciéndolo más justo y equitativo para todos los ciudadanos. También trabajó para mejorar las condiciones de los esclavos y prisioneros y abogó por los derechos de las mujeres y los niños. Además, fomentó el crecimiento de la filosofía y las artes, y apoyó el desarrollo de escuelas y bibliotecas en todo el imperio.
Muerte y legado
En 177, Marco Aurelio nombró co-gobernante a su hijo Cómodo, y ambos lucharon juntos contra las tribus germánicas. Unos años más tarde, en 180, Aurelio enfermó durante una campaña militar y murió. Le sucedió Cómodo, conocido por su incompetencia y cuyo reinado puso fin al periodo dorado de paz y estabilidad de la Pax Romana.
Marco Aurelio es recordado como uno de los más grandes emperadores romanos de todos los tiempos, ya que dejó un legado duradero como filósofo y como gobernante a pesar de su relativamente corto reinado. Además, su compromiso con los principios estoicos ha tenido un impacto duradero en la filosofía y ha influido en muchos otros pensadores a lo largo de la Historia. Sus escritos, en particular su libro Meditaciones, han sido elogiados por su sabiduría y siguen siendo estudiados por líderes políticos y militares de todo el mundo.
Autora: Beatriz Camino Rodríguez